Gaba Echeverria: Que va a ser de ti lejos de casa...
Cuando se levantó del piso, tenía la imagen de la cerámica
roja de la habitación, y la sensación del tirón en el pelo. Le ardía una
rodilla y el labio parecía que se iba a hinchar. No podía pensar, lo siguiente
que vio fue como él se iba al baño, abría la ducha, se cepillaba los dientes.
El corazón era una masa que le obstruía la respiración pero estaba calmada y
alerta al mismo tiempo.
Sin pensar empezó a accionar. Fue a ver a la nena a la cuna
pero no la encontró, la tenía Marta, que al escuchar los gritos se la llevó
para abajo. Marta sabía, entendía, la miró con compasión, pero no conversaron,
ella le pidió que cambiara a la bebé, y esperó frente a su computadora a que él
bajara y se metiera en el estudio a
trabajar con el diseñador que ya había llegado.
Entonces se cambió, preparo un bolso con ropa y pañales, sus
libretas y agendas, y dos bolsas más con más ropa y sus documentos. Con la bebé
acomodada, puso en el cochecito todo lo que pudo entrar sin que pareciera una
mudanza, y le dejó a Marta las bolsas restantes. Le dijo que esperara media
hora y saliera con las bolsas hasta el café de la esquina. Entró en el estudio
para sacar los documentos del banco, de su dinero en el banco, con la excusa de
que iba a renovar el plazo fijo se despidió de él, que disimuló muy bien frente
al empleado y la despidió con un beso. Después abrió la puerta, sacó el
cochecito con la bebé, cerró y no volvió nunca más.
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